Investigadoras e investigadores de la UBA trabajan en un método para lidiar con la deficiencia de hormona del crecimiento que afecta a niños y niñas. Es un método que permitiría evitar la aplicación diaria, volviéndolo más eficiente, con una liberación controlada, gracias a la nanotecnología. Es decir, tecnología tan diminuta que se ubica a nivel de los átomos, de las células o de los virus.
La hormona del crecimiento es una substancia corporal vital para el desarrollo normal de niños y niñas. A veces ocurre que la glándula pituitaria no fabrica lo suficiente, generando un problema para el desarrollo presente y futuro de niños y niñas. Existen diversos tratamiento, por lo general invasivos, y complejos, por eso investigadoras e investigadores de la UBA buscan volverlos más eficientes valiéndose de la nanotecnología.
“La nanobiotecnología es la disciplina científica que se ocupa del estudio y el desarrollo de sistemas en muy pequeña escala, que llamamos nanométrica, para ser aplicados en múltiples ramas de la biología y la medicina”, explicó Paolo Catalano, docente e investigador de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. “En mi laboratorio, nos dedicamos a la aplicación de la nanotecnología para la resolución de problemas biomédicos”.
“En la escala nanométrica, la materia posee propiedades distintivas e interesantes que resultan de utilidad para estudiar más profundamente a los sistemas biológicos, para desarrollar mejores sistemas diagnósticos o para mejorar los tratamientos actuales de enfermedades crónicas, entre otros”, aclaró Catalano, también investigador del el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (INN), nodo Constituyentes (CNEA-CONICET).
Trabajando con lo diminuto
Los materiales pueden ser producidos, manipulados y estudiados a diferentes escalas. En la escala nanométrica, los materiales tienen propiedades físicas y químicas diferentes, e interesantes que no se observan en otras escalas. Por eso los científicos eligen trabajar en esa escala, a la hora de luchar contra ciertas deficiencias de nuestro organismo.
“Un nanómetro corresponde a la mil millonésima parte de un metro”, explicó Catalano. “Para hacerlo más gráfico, un nanómetro resultaría de dividir el grosor de un cabello humano en 50.000 partes. Los materiales que denominamos nanoestructurados adoptan distintas formas y configuraciones (esferas, tubos, varillas, espigas, esponjas, entre otros) siempre en una escala entre 1 y cientos de nanómetros”.
“Nuestras investigaciones involucran materiales nanoestructurados biocompatibles. Se trata de materiales en la escala nanométrica, que dada su composición química y estructura resultan compatibles o amigables con los seres vivos. En nuestro caso particular, esto resulta fundamental dado que buscamos desarrollar sistemas que puedan brindar mejores alternativas a los tratamientos actuales para las deficiencias de la hormona de crecimiento en los seres humanos”, contó el experto.
Medicando a escala nano
En los últimos años la administración de medicamentos ha planteado numerosos desafíos a la hora de optimizar la concentración, su liberación en el momento adecuado, y todo esto de la forma menos invasiva. Existen medicamientos que deben ser administrados en momentos muy específicos, con dosificaciones complejas, combinados con otras terapias, y demás requerimientos, que con la ayuda de la nanotecnología pueden hacerse de forma más sencilla, y eficiente.
“Las hormonas son compuestos de alta potencia, es decir, con una pequeña cantidad se logra un gran efecto, y dicho efecto se encuentra fuertemente vinculado al momento de administración de las mismas”, aclaró Catalano. “En el caso particular de la hormona de crecimiento, el tratamiento de su deficiencia involucra la administración crónica de la misma y actualmente existen dispositivos que requieren inyecciones diarias de la hormona. Esto constituye un grave inconveniente para el cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes”.
“Mediante la utilización de partículas nanométricas de un material denominado silica, junto con otro material denominado colágeno, ambos biocompatibles, buscamos desarrollar un sistema que permita alojar a la hormona de crecimiento, protegerla y liberarla de manera paulatina”, explicó el científico de la UBA.
“De este modo, proponemos un sistema basado en biomateriales nanoestructurados que permita una liberación controlada y continua de la hormona y que evite su administración de manera diaria. Esto conllevaría a un mayor cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes mejorando radicalmente la eficiencia del mismo”, concluyó Catalano.
El proyecto recibió recientemente un subsidio, otorgado por la Human Growth Foundation (Fundación de Crecimiento Humano), lo que significa un reconocimiento al trabajo de un equipo de científicos, así como una ayuda económica para los costosos insumos que necesita este tipo de investigación científica. El equipo de investigadoras e investigadores incluye a gente de la UBA, como de otros institutos del Conicet, “quiero destacar al resto de las personas involucradas en el proyecto: Dr. Martín Desimone (IQUIMEFA, UBA-CONICET), Dra. Damasia Becú (IBYME-CONICET), Ing. Luis Villarruel (INN, CNEA-CONICET) y Dra. Belén Brie (IBYME-CONICET) y agradecer a la Dra. Isabel García Tornadú por su apoyo y colaboración”, enumeró Catalano.