Día Mundial del Parkinson

La enfermedad de Parkinson (EP) es una de las enfermedades neurodegenerativas más frecuentes en la edad avanzada. Se trata de un desorden progresivo que se caracteriza por la presencia de trastornos motores tales como lentitud, temblor de reposo, rigidez y alteraciones posturales que típicamente son tardías.

Desde 1997, cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Párkinson, proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en conmemoración del aniversario de James Parkinson. Para conocer más acerca de esta enfermedad y su tratamiento, dialogamos con la Médica Neuróloga (M.N. 70.918) María Graciela Cersósimo, Jefa a Cargo del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales del Hospital de Clínicas “José de San Martín”.

En el Hospital de Clínicas funciona el “Programa de Parkinson y Movimientos Anormales”

¿Por qué se produce el Parkinson?

La causa de la enfermedad (EP), en la mayoría de los casos, es desconocida. Se piensa que la disfunción y muerte de las neuronas podría estar relacionada con el acúmulo anormal de ciertas proteínas en su interior, sin embargo cuál es el factor que pone en marcha esta secuencia de eventos es aún materia de estudio.

Desde hace años se especula con que el comienzo de la enfermedad estaría relacionado con factores genéticos y/o ambientales. En este sentido es importante decir que, en el año 1997, se identificó por primera vez una mutación genética que demostró tener una relación causal con la EP, y desde entonces, muchas otras han sido identificadas.

Sin embargo, los casos de EP asociada a mutaciones en genes solo representan un 10% aproximadamente de todos los casos por lo que, en la enorme mayoría de los casos, la causa de la EP sigue siendo desconocida.

¿A quiénes afecta?

Puede afectar a cualquier persona especialmente a partir de los 60 años, pero existen formas de comienzo temprano o incluso juveniles. Ninguna población o raza en el mundo está libre de poder presentar esta enfermedad.

En la población general la prevalencia aproximada de la EP es de 115 casos por c/100.000 habitantes, siendo ligeramente más prevalente en los varones con respecto a las mujeres. No existen datos sobre prevalencia e incidencia de la EP en la Argentina.

Es interesante que en estudios epidemiológicos se observó que existe una asociación negativa entre el hábito de fumar cigarrillos, consumir café o alcohol, y el riesgo de desarrollar EP aunque los mecanismos responsables de estos hallazgos no están aclarados.

¿Qué síntomas presenta?

La EP es clásicamente considerada una enfermedad esencialmente motora siendo sus signos cardinales el temblor de reposo, la lentitud o bradicinecia y la rigidez, luego de años se agregan alteraciones posturales.

Sin embargo desde las primeras descripciones de la EP se menciona que puede acompañarse de otras manifestaciones más allá de los problemas motores. Los llamados “síntomas no motores” abarcan un amplio espectro de manifestaciones tales como pérdida del olfato, alteraciones en el sueño, alteraciones gastrointestinales como constipación, trastornos sensitivos y también neuropsiquiátricos como depresión, ansiedad o psicosis.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se basa en la clínica y, en este sentido, los hallazgos que más apoyan el diagnóstico son el comienzo unilateral de los síntomas motores, la presencia de temblor de reposo, y una excelente respuesta al tratamiento con levodopa. La falta de temblor de reposo no excluye el diagnóstico ya que puede estar ausente en el 30% de los pacientes.

Sin bien, en la mayoría de los casos el diagnóstico no ofrece mayores dificultades existen cuadros llamados “parkinsonismos atípicos” que durante los primeros años pueden ser muy parecidos a la EP. Por este motivo, puede existir un margen de error en el diagnóstico y la evolución a lo largo del tiempo es la clave para diferenciar la EP de estos otros cuadros.

Es importante decir que si bien muchas manifestaciones no motoras como la constipación o la pérdida del olfato pueden preceder a los síntomas motores en muchos años, en la actualidad para hacer diagnóstico de EP necesitamos que hayan aparecido los síntomas motores.

En este sentido ¿Cuán importante es el tratamiento precoz?

El tratamiento temprano de la enfermedad es importante ya que si bien no contamos con drogas capaces de frenar su progresión, existen tratamientos efectivos para tratar los síntomas de la enfermedad y de ese modo lograr que los pacientes tengan una vida prácticamente sin ninguna limitación. Además en los estadíos iniciales de la enfermedad es cuando en general obtenemos la mejor respuesta al tratamiento.

Vivimos dos años en pandemia ¿Qué efectos tuvo sobre los pacientes con EP?

Durante la pandemia por Covid-19 las consultas presenciales de nuestros pacientes disminuyeron en forma sustancial, no solo por las restricciones que existieron para circular sino también porque la población de pacientes con EP son en su mayoría adultos mayores, es decir los más vulnerables y en ellos el miedo al contagio existía, particularmente antes de haberse vacunado.

Al ir reanudando, paulatinamente, la normalidad de las consultas nos hemos encontrado, en muchos casos, con un deterioro importante, sobre todo en los pacientes con EP avanzada en donde debemos hacer ajustes frecuentes en las dosis de los medicamentos. Las consultas virtuales sin duda han sido muy útiles pero no suficientes.

¿Podemos hacer algo en nuestra vida cotidiana para evitar la EP?

Actualmente no existen medidas específicas que hayan probado ser capaces de evitarla. Dentro de las recomendaciones generales, es posible señalar que practicar ejercicio regularmente, socializar y tener una alimentación saludable será siempre beneficioso aunque no esté demostrado que evite la EP.

¿Cómo trabaja el Clínicas en cuanto a la EP?

En el Hospital funciona el “Programa de Parkinson y Movimientos Anormales” formado por un equipo de profesionales que estamos abocados al manejo de este grupo de enfermedades donde la EP es la más frecuente pero para nada la única: otros cuadros como las distonías, coreas, ataxias, temblores no parkinsonianos, están comprendidos en nuestra área de interés.

Estamos ubicados en la Sala 1 del piso 9 y nuestros teléfonos son 5950 9021 y 5950 9027.

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