Gran parte de la pelea contra el coronavirus se dio y se sigue danto en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) de todos los hospitales e instituciones sanitarias de nuestro país y del mundo y allí, las y los kinesiólogos especialistas en cuidados críticos fueron grandes protagonistas.
En las UTI, estos profesionales son quienes se ocupan del manejo y acondicionamiento del sistema respiratorio y físico de los pacientes, en especial de quienes requieren ventilación mecánica.
Durante la pandemia, en el Hospital de Clínicas, 6 profesionales de planta con formación en cuidados respiratorios críticos, afrontaron la demanda de decenas de pacientes junto a un jefe de residentes y 12 residentes generalistas con conocimientos en cuidados críticos, que resignaron sus programas de formación para atender a cientos de pacientes que necesitaron asistencia respiratoria.
Esta necesidad de los pacientes, no se da exclusivamente en enfermos con Covid o con enfermedades respiratorias, sino que existen muchas patologías que no se originan en el sistema respiratorio, pero que, sin embargo, requieren de la intubación y sedación del paciente para poder tratarlas.
Ana Paola Bustamante es kinesióloga de planta de la UTI del Hospital de Clínicas, especialista en cuidados críticos. Tanto ella como sus compañero/as, transcurrieron muchas horas de los dos últimos años, trabajando a la par de médicos/as y enfermeras/os en cuidados intensivos.
-¿Creés que después de la pandemia, se tiene mayor conciencia del trabajo que cumplen los y las kinesiólogas?
-Creo que sí, principalmente porque se le dio más visibilidad a nuestra labor en las terapias intensivas, sobre todos de parte de quienes pasaron por ellas o sus familiares que nos han visto trabajar de primera mano. En este último tiempo me tocó hablar con algunas personas que pasaron por una internación en UTI por Covid-19 y cuando les cuento a qué me dedico, me responden lo fundamental que ha sido para ellos contar con un Kinesiólogo/a en ese momento tan crítico.
Además, también fue decisiva la difusión brindaron los medios de comunicación sobre la tarea de los kinesiólogos en UTI.
-¿Todos los profesionales kinesiólogos/as tienen la capacitación necesaria para realizar esa tarea específica en UTI?
-No, la kinesiología es amplia y hay muchas especializaciones, como, por ejemplo, rehabilitación en distintas áreas: deportiva, neurología, traumatología, neurodesarrollo, estética, cardio- pulmonar, terapias manuales específicas, entre otras. La especialización en cuidados respiratorios críticos es una más de ellas. En este tiempo de gran demanda se han sumado kinesiólogos/as que han realizado capacitaciones aceleradas para poder ayudar con la gran demanda que hubo y así incorporarse a los equipos de trabajo.
-Además del trabajo en las UTI, ¿cómo trabajan los y las kinesiólogas?
-En el ambiente hospitalario también se trabaja en las salas de internación general, clínica médica, cirugías, traumatología, pediatría, entre otras, realizando asistencia kinésica respiratoria, colocación de soporte ventilatorio no invasivo, y también asistencia kinésica motora con el fin de que los pacientes vuelvan a su estado previo a la internación cuando sea posible y otras veces, con el propósito de sacarlos de la cama para evitar complicaciones, como disminución de la función pulmonar o como la prevención de escaras y pérdida de fuerza muscular.
También se realiza consultorio externo con la atención y rehabilitación motora de todo tipo de patologías.
-¿Qué sacan de aprendizaje después de estos últimos años de pandemia?
-Esta vez nos tocó a un determinado grupo del equipo de salud sostener la gran demanda que provocó la pandemia.
Hemos estado sobrecargados, alterando horarios, resignando programas de residencias, enfocándonos asistencial y académicamente, casi en una sola patología.
Hubo un grupo de profesionales solidarios que, aunque no pertenecían a las especialidades mayormente demandadas, pusieron el hombro y ayudaron en lo que podían y aunque no fue el caso de todos, prefiero quedarme con eso.
Particularmente en el hospital no se escatimó en esfuerzos, dedicación, ni atención a los pacientes. Además de implementar todas las estrategias que teníamos y que íbamos aprendiendo para tratarlos, nos tocó consolar, contener, meternos en ese mundo de aislamiento junto con los pacientes, para paliar la falta de aire, pero también para escucharlos, hablarles y hacer de nexo comunicador con sus familiares.
-Teniendo en cuenta esta experiencia, ¿qué debería cambiar?
-Creo que no está el reconocimiento al equipo de salud que debería, no me refiero a ser tratados como héroes sino a entender que, social y políticamente, es clave tener personal de salud, disponible, formado, y con condiciones laborales que estén al nivel de otras profesiones por fuera del equipo de salud. En nuestro caso, la mayoría tiene multiempleo, está mal redituado y mal reconocido.
-¿Qué cambió en los últimos años? ¿Por qué es diferente este 13 de abril?
-El 13 de abril es el día del kinesiólogo/a. Nuestra carrera en las últimas décadas, debido al advenimiento de nuevos conocimientos, tecnologías, especializaciones, pasó de ser una carrera de 4 años de formación en la UBA a 6 años y de 2 a 5 años de posgrado para llegar a ser un profesional idóneo en un área específica.
En la mayoría de los casos, todo este esfuerzo no se ve reflejado en un crecimiento económico-social que sí se genera en otras profesiones. Esto trae consecuencias, a largo plazo, y es que la sociedad no cuente con recursos asistenciales necesarios. De esta manera, en casos de situaciones límite, como se vivió en la pandemia, la falta de recurso formado es realmente muy marcada.
Anhelamos que la pandemia deje aprendizajes para quienes toman decisiones, y así, se puedan mejorar las condiciones sanitarias de quienes ejercemos ciertas profesiones, objetivando la jerarquización de la profesión dentro del sistema, en todas las instituciones.
La División kinesiología del Hospital de Clínicas, en la actualidad está compuesta por un jefe de división, un subjefe, 11 kinesiólogos/as de planta, 12 residentes y un jefe de residentes, quienes trabajan en las siguientes especialidades: Vestibular, neuroortopedia, respiratorio, rehabilitación cardio pulmonar, gerontología y auditoría.