En una extensa entrevista, Alberto Barbieri repasó los logros de sus ocho años de gestión al frente de la Universidad de Buenos Aires. A través de decenas de imágenes y videos que sintetizaron su recorrido, el rector dio cuenta de los avances alcanzados en distintos aspectos del sistema universitario, tales como las mejoras edilicias, el avance en ciencia y técnica, relaciones internacionales, mayor oferta académica y la paridad de género. “Dejamos una universidad en franco crecimiento y muy bien valorizada tanto a nivel nacional como internacional”, reflexionó.
La Escuela de Educación Técnica de Villa Lugano fue una de las obras que resaltó Barbieri. Creada en 2014, la institución ubicada en una de las zonas más carenciadas de la Ciudad de Buenos Aires ofrece a los chicos una educación de excelencia que incluye dos orientaciones que responden a las demandas de la sociedad actual: Tecnicatura en Tecnologías de la Información y la Comunicación y Tecnicatura en Mecatrónica. Para el rector, la construcción de este centro educativo representa “el milagro de la educación pública”. “Me emociona ver cómo la universidad puede llegar de la manera en que lo hace, a esas personas que se creían olvidadas, que se creían que la educación de calidad no les podía llegar. Creo que esta escuela es el símbolo de lo que puede significar la educación en la sociedad”, expresó.
“Licitamos, construimos y terminamos de inaugurar el edificio más moderno de ciencia y técnica”. Con esa definición, el rector de la UBA también distinguió otra de las obras emblemáticas de su gestión: el edificio Cero + Infinito, ubicado en la Facultad de Ciencias Exactas, que cuenta con aulas de computación, oficinas de investigación, laboratorios, y salas con equipamiento multimedia, entre otros recursos. Y a medida que corrían las imágenes, en la conversación Barbieri enfatizó también otras mejoras en la infraestructura, desde la renovación de los hospitales universitarios (Clínicas, Roffo y Odontológico) y los centros de investigación en la Facultad de Veterinaria, a las nuevas sedes del CBC y los nuevos edificios en Psicología y Filosofía y Letras, por citar algunos ejemplos.
Sin embargo, se detuvo en un hito de su mandato, la creación del nuevo Centro de Protonterapia. Se trata de un espacio único en América Latina, que proporciona una de las tecnologías más avanzadas del mundo en el tratamiento contra el cáncer. “Es una foto que simboliza todo lo que fue la modificación de la infraestructura y la tecnología aplicada a todo el proceso de enseñanza, aprendizaje e investigación en nuestra universidad. Este centro, como tantas otras obras, hacen que la calidad de nuestros docentes y de nuestros investigadores se vean potenciadas con la infraestructura instalada”, añadió.
En cuanto a la conexión de la UBA con el mundo, desde 2014 la Universidad mejoró en todos los rankings internacionales, a la vez que en ese lapso se firmaron más de mil convenios de cooperación y se ampliaron los programas de movilidad. En ese sentido, Barbieri destacó que “estar referenciado entre la élite como hemos avanzado 140 puestos en 8 años, algo único, y estar por octavo año consecutivo como la primera universidad de Iberoamérica hace que todo este trabajo que nosotros estuvimos haciendo se convierta en una política de Estado para la UBA”.
Durante la conversación -que se puede ver completa en el canal de Youtube de la UBA– el rector también dio cuenta de las mejoras en oferta académica, con la actualización de casi 80 planes de estudio y la creación de dos nuevas carreras, como Licenciatura en Ciencia de Datos e Ingeniería en Petróleo, especialidades rankeadas en los primeros niveles de excelencia mundial. También remarcó la implementación de políticas de género (protocolos contra la violencia, paridad en los tres claustros y curso de género obligatorio a partir de la Ley Micaela, entre otras iniciativas) para el desarrollo de una universidad más igualitaria e inclusiva.
Por último, al ser consultado por los desafíos que enfrentará a futuro la UBA, Barbieri situó como objetivo primordial el poder adaptarse a la nueva realidad, con cambio en los paradigmas tecnológicos y de crecimiento de la información. “Creo que el gran desafío de la Universidad de Buenos Aires es, siendo una estructura tan enorme como es, lograr que esa flexibilidad no se vea deteriorada con el correr del tiempo”, señaló y dijo, como conclusión de un repaso a fondo por su gestión: “En estos ocho años hicimos muchas cosas y nos quedaron muchas para hacer pero la UBA lo seguirá haciendo”.
La entrevista completa