El nombre de la carrera Ingeniería electrónica es poco preciso, y eso es justamente por el amplio espectro de posibilidades que ofrece a sus estudiantes y egresados. Desde diseñar, modelar y fabricar componentes y dispositivos electrónicos, a la utilización de los mismos, que pueden comprender instrumentos de medición, computadoras, equipos de sonido, y un amplio etcétera.
Florencia Rao sólo sabía que le encantaban las matemáticas, cuando era niña. “Recién cuando estaba en el secundario y quería anotarme en alguna carrera con matemáticas, fue cuando empecé a averiguar más en profundidad de qué se trataba ingeniería”, cuenta la ingeniera electrónica de la UBA, que actualmente trabaja en seguridad informática, pero también pasó por temas tan apasionantes como el diseño de los instrumentos que analizan las señales que los satélites envían desde el espacio.
“Me gustaban las carreras de Ingeniería Civil y Actuario, hasta que un profesor de geografía me dijo que los ingenieros electrónicos eran los que sabían el porqué de las cosas y pensé: yo quiero eso”, y se ríe. “Elegí estudiar en la Facultad de Ingeniería de la UBA por su reconocimiento internacional y por el nivel de matemáticas en ingeniería”.
“Lo primero que quise estudiar en electrónica fue la rama de biomedicina”, cuenta. La ingeniería biomédica es una disciplina que aprovecha los principios de la ingeniería para resolver problemas y generar productos para la medicina y la farmacia con biotecnología.
“A medida que fui avanzando en la carrera tenía que elegir muchas materias optativas”, continúa Florencia, “entonces empecé a elegir las que eran acordes para eso. Sin embargo, en una de las primeras materias de la rama no conseguí formar un buen grupo de trabajo, así que después reformulé las optativas que elegí, yéndome para el lado de Procesamiento de Señales”.
¿Qué implica eso de procesar señales?
“Las señales son datos o incluso ondas que emite cualquier sistema vivo o digital”, explica la experta. “Por ejemplo, cuando uno va a hacerse un electrocardiograma, le grafican una onda que es la señal del corazón. Una canción es una señal analógica o digital, dependiendo si la estamos escuchando en vivo de una banda, o desde una computadora”.
“El procesamiento de señales implica filtrar o limpiar esas señales para que sean lo más fieles posibles a la realidad, o tengan los efectos deseados. Procesamiento de señales más complejos son los que nos llevan a querer limpiar las señales de microonda que envía un satélite como el SAOCOM, o aquellas que asisten a la navegación de un cohete o un dron”.
SAOCOM es una misión espacial muy exitosa, que ha puesto en órbita los satélites nacionales SAOCOM 1A y 1B, los cuales observan la Tierra noche y día independientemente de las condiciones climáticas. Pueden medir la humedad del suelo incluso a través de nubes o de la cobertura de un bosque. Algo de gran ayuda para la agricultura, la observación de los ríos y sus crecidas.
“Cuando conocí al Dr. Ing. Juan Giribet, quien en aquel momento daba Procesamiento de Señales, me contagió aún más el gusto por el área”, continúa Florencia. Terminó sumándose como ayudante en las materias de Procesamiento de Señales, y para 2013 trabajaba en el Laboratorio de Sistemas Embebidos haciendo verificación y validación de software embebido para el satélite SAOCOM 1A.
En 2015 siguió trabajando para ese satélite, que sería puesto en órbita en 2018, pero desde la empresa privada SpaceSUR, que trabajaba para la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) y la misión SAOCOM.
“Allí me dediqué a la calibración interna terrestre del satélite SAOCOM. Luego de ese proyecto, como los desarrollos del SAOCOM ya estaban terminados, el siguiente paso lógico era crear productos a partir de las imágenes satelitales, por lo que nos pusimos en el área de I+D a ver cómo incorporar Machine Learning”.
“Si bien me gustaba mi trabajo”, cuenta Rao, “cada vez estaba más desviada de la parte técnica que sentía que necesitaba seguir incorporando. En el estado actual de Machine Learning para la industria, que es muy diferente en la academia, necesitan más gente que programe. Y yo no cuadro mucho con ese rol. A mí me gusta investigar, proponer nuevos caminos, resolver problemas que aún no tienen una solución sencilla”.
“En esta nueva búsqueda laboral, conocí a Alberto Soliño, un apasionado de la seguridad informática, y me hizo una propuesta para trabajar en su equipo en SecureAuth, me abrió la puerta a un mundo nuevo para mí”, comenta.
Seguridad informática e innovación
“Al empezar a trabajar en seguridad informática como Security Researcher, pude, no solo volver a investigar, sino conocer un mundo gigante de oportunidades, muy vinculado a otros aspectos de mi vida que me gustan mucho”.
Su trabajo consiste en investigar sobre diversos temas relacionados a lo que se conoce como Identity Access Management, que es gestión de identidades y control de acceso, es decir, validar que un posible usuario es quien dice ser, mediante métodos como contraseñas, huellas dactilares, reconocimiento facial, PINs, etc.
“Browser fingerprinting no es un autenticador en sí”, explica, “no es como un autenticador de los comunes que está unívocamente asociado a un usuario, sino que es un conjunto de atributos del browser que estás usando, que se levantan y se guardan en un servidor para correlacionar tus futuras visitas al mismo”.
“Se usa tanto para seguir personas con fines de marketing, o bien como lo usamos nosotros, para tener un parámetro más de seguridad y verificar que tu dispositivo o navegador se parece al de la sesión anterior”.
“También tengo a cargo el programa de innovación de la empresa”, agrega Florencia. “Es parte de un beneficio que le da la empresa a los top performers de distintas áreas de ingeniería para dedicar 10% de su tiempo anual a hacer alguna investigación relacionada a los temas que toca la compañía”.
“Durante la duración del programa, guío a las personas a elegir un tema de investigación, y luego a definir objetivos SMART, es decir, específicos, medibles, alcanzables, realistas, y acotados en el tiempo, para que puedan alcanzar los resultados deseados”.
“Una gran parte de mi trabajo actual se enfoca en estudiar un nuevo set de estándares propuesto por FIDO Alliance, otra gran parte a lo que es Browser Fingerprinting. Lo que me gusta de mi trabajo actual es que me permite estar investigando y guiar investigaciones de otros, que es lo que me gusta”, concluye Florencia Rao, un ejemplo de las amplias posibilidades que ofrece la carrera ingeniería electrónica de la UBA.