A 100 años del descubrimiento de la famosa tumba de Tutankamon, la Universidad de Buenos Aires organiza el VII Congreso Iberoamericano de Egiptología, primero en realizarse fuera de la Península Ibérica.
Se llevará a cabo entre los días 5 y 7 de septiembre de 2022, y congregará a expertos de todas las disciplinas que estudian al Antiguo Egipto, una de las primeras civilizaciones del mundo, e importante influencia para el mundo occidental.
“El hecho de que este 7mo Congreso Iberoamericano de Egiptología se haga en Argentina, es un espaldarazo para las actividades que venimos haciendo en la UBA sobre temas relacionados con el Antiguo Egipto”, dijo Marcelo Campagno, profesor de la UBA e investigador y director del Instituto de Historia Antigua Oriental “Dr. Abraham Rosenvasser” de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, el cual está a cargo de la organización del congreso.
“La importancia de traer este congreso a la Argentina, es también un reconocimiento al crecimiento que ha tenido la egiptología en Argentina y Latinoamérica en las últimas décadas. Hasta ese entonces era un patrimonio más centrado en el ámbito de España, y en menor medida en Portugal”, explicó Campagno.
“La posibilidad de organizar un evento de estas características en la UBA y en Argentina, nos pone en un pie de igualdad con el trabajo que se viene haciendo sobre estas temáticas en el resto del mundo iberoamericano y nos pone en el centro de la escena, esto es de una relevancia digna de destacar”.
Estudiar el Antiguo Egipto desde Argentina
El Antiguo Egipto fue una civilización que se desarrolló a lo largo de 3500 años, fue una de las primeras del mundo, y se considera una de las más importantes en cuanto a la influencia que generó en todo el mundo occidental. También es una temática que despierta fascinación entre todo tipo de público.
“Hacer egiptología en Argentina parece un poco raro por la distancia espacial respecto del antiguo Egipto”, contó Campagno, “pero uno podría decir que se puede hacer desde cualquier parte del mundo. Por supuesto el trabajo de campo implica viajar a Egipto, cuando es necesario. Pero luego, es una la disciplina que abarca la arqueología, la historia, filología, la historia del arte, que se atraviesa de su diálogo con otras dimensiones de la historia, de la antropología, de la sociología, de la economía”.
“Si bien construye un discurso sobre el pasado centrado en una sociedad específica, es abordado interdisciplinariamente a través de prácticas que pueden ser desplegadas en cualquier parte del mundo”, continuó. “Lo importante es dar cuenta de un mundo lejano en el tiempo y en el espacio, pero que resulta muy significativo para la sociedad occidental”.
“Egipto ha sido visto como la cuna de la civilización” expresó el experto. Y siguió: “Si bien hoy en día ya no se lo ve de una manera tan evolucionista, sigue siendo un espejo en el cual mirarse, en el cual ver las similitudes y las diferencias que uno tiene con otra sociedad para poder advertir cuáles son los puntos en común y también la diversidad de la diferencia”.
Marcelo Campagno tiene una larga trayectoria en investigación y en docencia dentro de la UBA y en el mundo académico internacional. Es autor de varios libros sobre la temática del Egipto antiguo y cuenta con decenas de artículos científicos de investigación publicados.
“Mis temas de investigación han rondado en torno al problema de los orígenes”, contó. “Básicamente sobre el surgimiento del estado en el Antiguo Egipto, uno de los primeros estados conocidos a nivel mundial”.
“Siempre me ha convocado la pregunta de cómo ha sido que, en el marco de ciertas sociedades relativamente igualitarias, se produjeron procesos de cambio tan drásticos que transformaran a las sociedades en organizaciones tan verticales, presididas por un rey reconocido como una divinidad. ¿Cómo se pasa de un proceso de igualdad, a uno de tanta jerarquización?” se preguntó.
“Mis intereses siempre estuvieron ligados a pensar la historia desde lo social, de las lógicas sociales que organizan al Antiguo Egipto”, dijo Campagno. “La lógica del estado, por ejemplo, que surge en ese momento, el cuarto milenio antes de cristo. También la del parentesco, la lógica de las organizaciones de base, que seguramente preexistían al estado, pero que siguen siendo muy importantes para expresar el lazo social de las comunidades campesinas, el lazo interno entre las élites, e incluso las relaciones que los dioses tienen entre sí”.
La UBA fue una de las primeras en Latinoamérica en enfocar su investigación hacia el Antiguo Egipto, y la única en toda Latinoamérica que cuenta con un instituto de investigación dedicada a la temática de la historia antigua.
El instituto “Dr. Abraham Rosenvasser” fue fundado en los años 1960s por Rosenvasser, tras haber participado en las misiones de rescate arqueológico que se hicieron en Egipto cuando se inundó Danubia al construirse la represa de Asuan.
El instituto “Dr. Abraham Rosenvasser” ha formado a gran cantidad de equipos de investigadoras e investigadores a lo largo de las décadas, y se ha impuesto como uno de los más importantes a nivel mundial.