“El cáncer de piel es cada vez más frecuente, pudiendo originarse en las células basales o espinosas de la piel, además de los melanocitos y otras células. Se estima que se diagnostican 5,4 millones de casos de carcinoma de células basales y 3,3 millones de personas con cáncer de células escamosas cada año en los Estados Unidos. A nivel mundial, cerca de 2.000 personas mueren por cáncer de piel de células basales y de células escamosas cada año. Los adultos mayores y personas con sistema inmunitario suprimido tienen un mayor riesgo de morir a causa de estos tipos de cáncer de piel. En tanto, alrededor de 7.180 personas mueren por melanoma cada año. Estas cifras van en aumento y es por eso fundamental concientizar a la población de ello”, resalta Graciela Manzur, Jefa de la División de Dermatología del Hospital de Clínicas.
En el caso de los lunares, se trata de lesiones benignas que tienen distintas formas, tamaños y colores (marrón, café, negro) y que se originan por el acúmulo de melanocitos, los productores de melanina, que es el pigmento que le da el color a nuestra piel. “A los lunares, los médicos los llamamos nevos, un acúmulo de células normales en un sitio no habitual. En vez de estar bien distribuidos, se acumularon y es así que si los elementos que lo componen son melanocitos, serán nevos melanocíticos. En cambio, si son otras células que componen la epidermis, la capa más superficial de la piel, se denominan nevos epidérmicos”, explica la especialista.
Los lunares pueden ser congénitos, es decir, que surgen desde el nacimiento, o ser adquiridos, que son los que aparecen en la segunda y tercera década de vida. Ahora bien, ¿Existen diferencias entre los que son de nacimiento y los que surgen después? ¿Qué lunares son normales y cuáles no?
“En general, los lunares que no son sospechosos de transformación maligna suelen ser simétricos, es decir, que si los dividimos con una línea imaginaria por la mitad, las dos serían iguales, tienen un color homogéneo, con bordes netos y son estables en el tiempo. Por el contrario, si vemos lunares asimétricos, con bordes irregulares, con entradas y saliencias, estrellados, con un color heterogeneo (áreas marrones, otras grises, negro, blanquecinas dentro del mismo lunar), que evoluciona en el tiempo o si se ulceran o sangran o molestan, debemos consultar”, precisa Manzur.
Siguiendo esta línea, añade: “Tanto los nevos melanocíticos congénitos como los adquiridos pueden sufrir transformación maligna, es decir, una melanoma, el cáncer cutáneo más agresivo. Es por ello que los dermatólogos recalcamos la importancia en realizar controles periódicos y autoexaminarse, para detectar aquellos que pueden ser sospechosos de esa transformación”.
En cuanto a la diferencia entre los lunares de nacimiento y adquiridos, resalta que los que aparecen entre la primera y segunda década de la vida tienen poca probabilidad individualmente de progresar a melanoma, pero que como son muy frecuentes contribuyen al desarrollo del mismo. “Hay otro tipo de lunares con aspecto de huevo frito, con diferentes colores, rosados y amarronados. Los llamamos nevos displásicos y también tienen mayor riesgo de padecer cáncer de piel especialmente si hay antecedentes familiares”, advierte.
¿Y qué sucede con las pecas? ¿Son peligrosas? “Las pecas, también llamadas efélides, son pequeñas manchas color café con leche distribuidas en el rostro. En respuesta a la acción solar, la melanina formada se distribuye en acúmulos y en forma irregular. Las pecas son benignas y no se malignizan. Suelen aparecer en gente de piel blanca, ojos azules, rubios o pelirrojos (fototipo I – II). Si bien no son peligrosas, muchas veces nos indican una falla en la fotoprotección”, señala la profesional.
A la hora de saber cuándo tenemos que consultar, subraya que resulta fácil y útil recordar la regla ABCDE: si el lunar es Asimétrico, sus Bordes son irregulares, si tienen Color heterogéneo, con un Diámetro mayor a 6 mm, o si Evoluciona en el tiempo, “En cualquiera de estos casos es necesario consultar. La detección precoz del melanoma y otros cánceres de piel mejora sensiblemente el pronóstico y tratamiento”, sostiene.
Por último, indica qué medidas debemos tomar para cuidarnos: “La exposición solar se considera desde hace más de un siglo como el principal factor de riesgo ambiental implicado en la génesis de las principales neoplasias cutáneas. Es necesario no exponerse al sol entre las 11 y las 16 hs, usar sombreros de ala ancha, anteojos con protección UVA y UVB, ropas de trama apretada y usar fotoprotección (+FPS 45) renovando cada dos horas”.
La División de Dermatología del Hospital de Clínicas llevará adelante la Semana del Lunar del 14 al 18 de noviembre entre las 8 y las 14 hs en el entrepiso (ingreso por calle Paraguay), una campaña que buscará concientizar, prevenir y detectar las lesiones cutáneas.
Fuente: Hospital de Clínicas