Investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad de San Luis (UNSL) y el Hospital Garrahan trabajan en conjunto en el desarrollo y caracterización de formas farmacéuticas sólidas especialmente aplicadas al tratamiento de diversas patologías en pacientes pediátricos. Actualmente se están investigando nuevas formas de dosificación sólidas orales cumpliendo la necesidad de obtener medicamentos seguros, eficaces y de calidad, que sean también fáciles de ser administrados en niños.
“En niños menores de 6 años no están indicados los comprimidos tradicionales, porque puede haber problemas de deglución, ahogamiento, etc. Debido a esto se administran en forma oral, formas farmacéuticas líquidas. Pero las desventajas de estas formas líquidas (soluciones, jarabes, suspensiones, etc.) es la estabilidad fisicoquímica del fármaco en el tiempo, la solubilidad, etc., ya que no es lo mismo la estabilidad fisicoquímica de un activo en solución que en forma sólida.
Una estrategia tecnológica para resolver estas desventajas son los comprimidos y minicomprimidos orodispersables, los cuales están formulados con un excipiente que es un agente superdesintegrante, que logra la desintegración en la cavidad bucal”, dice la Dra. Silvia Lucangioli, profesora Titular Catedra de Tecnología Farmacéutica I, FFyB-UBA, Directora interina INTECFyB (Instituto de Tecnología Farmacéutica y Biofarmacia, FFYB, UBA)
Recientemente, tanto la Organización Mundial de la Salud como la Agencia Europea de Medicamentos, han iniciado programas para el desarrollo de fórmulas farmacéuticas sólidas con fines pediátricos. En este sentido, el desarrollo de minicomprimidos orodispersables de aproximadamente 3 mm de espesor y 30 miligramos de peso serían adecuados para la administración por vía oral en la población pediátrica, ya que pueden desintegrarse en la boca con bajos volúmenes de saliva. Estos minicomprimidos destinados a niños no se elaboran actualmente en el país, por lo que su desarrollo y estudio constituye un hito en el tratamiento de patologías pediátricas. Las mencionadas formulaciones tienen en su composición un excipiente que permite la desintegración del mismo a nivel de la cavidad bucal, hecho que permite su administración segura en niños pequeños.
El diseño del medicamento parte de un relevamiento del Hospital Garrahan según la medicación prioritaria y que no está disponible en el mercado farmacéutico local. El equipo de la UBA y UNSL estuvieron a cargo del diseño de los minicomprimidos, de su caracterización y evaluación de calidad, así como de los estudios de estabilidad fisicoquímica de las formulaciones desarrolladas. El fin último, es aportar conocimiento al desarrollo farmacéutico en áreas de vacancia con el objetivo de transferir a los laboratorios públicos de producción de medicamentos y/o a la industria farmacéutica en general. Entre los primeros fármacos en estudio, podemos mencionar levotiroxina sódica y thihexifenidilo.
“La levotiroxina es un agente utilizado en tratamiento de hipotiroidismo. Se utilizan dosis muy bajas en el orden de los microgramos, con lo cual si bien existen especialidades medicinales en forma comprimidos, las mismas son para pacientes adultos. El trihexifenidilo se ha utilizado ampliamente a lo largo de 3 décadas como farmacoterapia pediátrica en pacientes afectados por distonía segmentaria y generalizada”, aclara la doctora Lucangioli.
Integran los grupos de investigación por parte de la UBA, las docentes investigadoras, Dra. Valeria Tripodi, Dra. Silvia Lucangioli, Dra. Sabrina Flor y Farm. Camila Olivera pertenecientes al CIDEC – INTECFyB (Centro de Investigación, Desarrollo y Control Farmacéutico, Departamento de Tecnología Farmacéutica – Instituto de Tecnología Farmacéutica y Biofarmacia, FFYB, UBA). El equipo de la Universidad Nacional de San Luis, a cargo de la Dra. Silvina Favier, la Dra. Claudia Ortega y Mg. Cecilia Henestrosa del área de Tecnología Farmacéutica, de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia. Y por parte del Hospital Garrahan, el Dr. Fabián Buontenpo, responsable del desarrollo de formulaciones huérfanas quien, asimismo, es profesor de Tecnología Farmacéutica de la UBA.
El proyecto cuenta con financiamiento de la UBA, ANLAP (Agencia Nacional de Laboratorios Públicos) y FONARSEC, en todos los casos, a través de subsidios y becas doctorales, los cuales promueven la investigación y desarrollo en materia de medicamentos.