La Facultad de Agronomía es pionera en la generación y transferencia de conocimientos relacionados con el manejo sustentable de las enfermedades de las plantas.
Resolver estructuralmente la pobreza, la falta de educación e impulsar mejoras significativas en los rendimientos de los cultivos para una población creciente, constituyen una necesidad imperiosa y esencial.
Pero la producción y productividad agrícola se encuentran, además, cada vez más limitadas y amenazadas no sólo por las cuestiones climáticas y sociales, sino también y muy especialmente por el ataque de plagas y enfermedades.
Marcelo Carmona, profesor Regular Titular Plenario de la Cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) advierte que “si bien las medidas de protección vegetal que aplicamos son numerosas, no resultan suficientes para frenar significativamente las pérdidas de rendimiento en los cultivos. Las malas prácticas agrícolas, la falta de planificación, y de políticas de estado sustentables, el déficit en capacitación técnica, la pobreza e inequidad, son solo unos pocos factores causales de esta realidad”.
El video recientemente realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) (https://www.youtube.com/watch?v=9-NaJX3lWcA&t=49s) tiene un mensaje claro y contundente “tu vida depende de mi vida, tu salud depende de mi salud” dejando explícito que proteger a las plantas es, indudablemente, cuidar la vida.
Carmona explica que “las pérdidas estimadas en los cultivos, a nivel mundial son muy elevadas y alcanzan al 30 ó 40%, estando, generalmente, asociadas a plagas y enfermedades emergentes o re-emergentes. Los hongos representan la amenaza biótica más grave para la seguridad alimentaria”.
“A nivel mundial, las pérdidas estimadas en la producción de trigo mundial, pueden llegar, en promedio, al 22%. Esta problemática se incrementó, recientemente, por la re-emergencia de la enfermedad Roya Amarilla, considerada como un verdadero asesino del trigo”, sostiene Carmona.
La situación en Argentina
En nuestro país, las pérdidas dependen del año y del cultivo. Carmona recuerda que “epidemias esporádicas, como la enfermedad denominada mancha ojo de rana en soja originó pérdidas por 2000 millones de dólares, o la mencionada roya amarilla del trigo trajo aparejada, en 2017, lotes totalmente diezmados. También es posible mencionar al mal de Río Cuarto, enfermedad virósica destructiva del maíz, que generó significativas e inesperadas pérdidas.
Los fitosanitarios que se utilizan, frecuentemente, en el campo, son productos químicos sintéticos o naturales que resultan tóxicos a las plagas y, por lo tanto,se constituyen como agentes causales de enfermedades.
“Con el uso de estos productos se reduce entre un 40 y 50%, o más, las pérdidas potenciales mundiales. Sin embargo, para los principales cultivos de nuestro país, aún con las diferentes medidas de control aplicadas, se pierden aproximadamente entre un 10 al 15 % en promedio de los rindes dependiendo de las características del año”, explica Carmona.
El profesor de la FAUBA cuenta que ·existe una brecha sustancial entre lo producido y lo potencialmente lograble, lo que indica que aún nos queda mucho por hacer”.
Además, existe una problemática nacional y mundial cada vez más significativa: la resistencia de malezas a herbicidas y de patógenos fúngicos a fungicidas. Carmona cuenta que “la utilización de agroquímicos para el control de plagas y enfermedades demostró logros contundentes y sigue siendo nuestra arma más robusta y rápida para defendernos. Sin embargo, el mal uso de los mismos, generó en poco tiempo consecuencias sociales y económicas graves entre ellas la generación de resistencia a fitosanitarios, contaminación e intoxicación , impactos ambientales, entre otros”.
Los desafíos del presente
La resistencia es la habilidad desarrollada, adquirida y heredable por un hongo o maleza para sobrevivir en presencia de niveles de un fungicida o herbicida que previamente habían sido letales para dichos organismos.
En el caso de las malezas y de los patógenos fúngicos es, actualmente, uno de los desafíos más importantes de la agricultura mundial ya que pone en jaque a la producción y protección vegetal y, por ende, a la seguridad alimentaria.
Carmona cuenta que “se informan fallas en el funcionamiento a campo de los herbicidas, insecticidas, eventos biotecnológicos y, también, a fungicidas, por lo cual se considera que es el momento apropiado para iniciar un fortalecimiento de las políticas de estado para abordar esta problemática”.
¿Qué debería hacerse? Carmona sostiene que “particularmente en nuestro país, hay una creciente preocupación relacionada con el manejo de los fungicidas y las consecuencias de su mal uso. Por lo tanto, es prioritario generar conocimiento, discusión y divulgación científica de los aspectos relacionados con las buenas prácticas en el manejo de fungicidas y, además, determinar y monitorear en el tiempo la sensibilidad de las diferentes poblaciones de los patógenos más importantes causantes de enfermedades en los principales cultivos extensivos, hortícolas y frutales, de mayor importancia económica para la Argentina”.
“Ante este tipo de amenazas” -continúa diciendo el investigador- “hay necesidad de caminar delante de los problemas sanitarios ya que escenarios cambiantes exigen nuevas estrategias. Será menester analizar técnicas y estrategias de manejo innovadoras, asumiendo un estado de alerta permanente”.
Resulta imprescindible que desde todos los sectores involucrados se piense y difunda un Plan de Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPyE) de gestión y aplicación de todas las medidas sanitarias de manejo disponibles, para disminuir al máximo posible los daños que ocasionan”, agrega el profesor de la FAUBA.
Una Facultad comprometida
Carmona explicó que la Facultad de Agronomía trabaja en la generación y difusión de conocimientos relacionados con el manejo sustentable de las enfermedades de las plantas.
“La cátedra de Fitopatología es pionera en el dictado de cursos de grado y posgrado en manejo integrado y uso responsable de fungicidas, formando valiosos recursos humanos y desarrollado herramientas tecnológicas para orientar el uso de fungicidas considerando el ambiente, rentabilidad y el impacto social/económico”, agrega.
Por último, el titular de la cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía sostiene que “la Cátedra es referente científica de la resistencia de hongos patógenos a fungicidas con trabajos científicos inéditos recientemente publicados en revistas de alto impacto y ha elaborado líneas de investigación en temas muy poco explorados como bioinsumos, bioestimulantes, y otras alternativas de manejo de enfermedades, procurando tecnologías mixtas compatibles con los fungicidas y otras medidas de control clásicas”.