Día Internacional del Autocuidado

El 60% de la población mundial convive con enfermedad venosa y más de 300 millones padecen algún tipo de linfedema. El miércoles 26 de julio a las 10.30h, en el marco del Día Internacional del Autocuidado, especialistas en flebología del Hospital de Clínicas de la UBA convocan a pacientes a un nuevo encuentro para aprender a ser protagonistas de su propio bienestar.

“Es sumamente importante que la persona comprenda el rol que juega para controlar su enfermedad y mantenerse en buenas condiciones. Los profesionales de salud debemos suministrarles información, estimular su desarrollo de habilidades y promover el involucramiento de los miembros del equipo de atención y de la familia para que se sienta acompañada”, sostiene la Dra. Mabel Bussati, médica especialista en Flebología y Linfología y consultora de la división de Cirugía venosa y linfática del Hospital de Clínicas (MP 57.716).

La enfermedad venosa crónica afecta a 6 de cada 10 pacientes, la mayoría de sexo femenino. La función del sistema venoso es asegurar el retorno de la sangre hacia el corazón. En los miembros inferiores, cuando falla el aparato valvular, la sangre queda en el sector afectado, las venas se dilatan, aumenta la presión y disminuye la velocidad del flujo de la sangre. Esto causa alteraciones en la pared venosa, en el aparato valvular y en los tejidos circundantes dando origen a los síntomas y signos de la enfermedad venosa.

Los síntomas más comunes son dolor, hinchazón, picazón, calambres y pesadez de las piernas, edema y signos visibles como las arañitas vasculares, telangiectasias, varices de distintos grados, cambios en la coloración y textura de la piel. Las complicaciones más frecuentes son la úlcera venosa y las trombosis venosas, y puede ocasionar discapacidad. “Es importante saber que hay factores que podemos modificar para evitar la progresión de la enfermedad venosa: evitar el sobrepeso, combatir el sedentarismo, realizar compresión con vendas o medias que cumplen esta función y tomar medicación venotónica”, afirma Bussati.

Con respecto al linfedema, la especialista explica que “en la circulación intervienen los vasos linfáticos, que cumplen una función importantísima llevando desde los tejidos hacia la circulación general el agua y proteínas de alto peso molecular. Cuando falla, hay una hinchazón de la parte del cuerpo, que conocemos con el hombre de linfedema. Aquí también es muy importante el diagnóstico y el tratamiento a tiempo para evitar formas discapacitantes”. 

El linfedema puede aparecer desde el nacimiento y afecta por igual a hombres y mujeres tanto desde el nacimiento como en la edad adulta. El espectro de causas es muy amplio y abarca tanto una enfermedad propiamente del sistema linfático como otras que lo pueden afectar secundariamente, como la insuficiencia venosa crónica no tratada o una infección bacteriana o por parásitos, entre otras.

“En todas las afecciones crónicas es importantísimo que el paciente conozca qué es su enfermedad, cuáles son las causas, cuál es el tratamiento. El diagnóstico se alcanza mediante un estudio no invasivo, el eco doppler, que permite detectar los sitios de reflujo o insuficiencia, y brinda información al médico para determinar el mejor tratamiento para cada persona”.

El tratamiento, acordado con el equipo de salud, requiere una participación activa del paciente dado que suele requerir aprender a convivir con síntomas y situaciones nuevas referidas al cuidado de su persona: “Durante toda su vida va a convivir con la enfermedad y el tratamiento de la misma, por eso es importante que conozca cómo llevar una alimentación saludable, qué tipo de ejercicio realizar, cómo manejar la compresión, cómo poner en marcha el sistema linfático a través de la respiración y maniobras sencillas en puntos clave del organismo”, expresa Bussati.

La especialista aclara que esto no reemplaza al tratamiento realizado por el equipo de salud sino que “contribuye al mismo durante los momentos donde el paciente no asiste a la consulta y no está en relación directa con el tratamiento”. “El apoyo a los pacientes es mediante la provisión de educación, la intervención por parte del personal de salud para aumentar las habilidades y la autoconfianza en las personas, la evaluación periódica de sus progresos y problemas, así como el establecimiento de metas y resolución de problemas”, concluye. 

Los talleres para pacientes portadores de enfermedad venosa crónica y linfedema se realizan  en la división de Cirugía venosa y linfática, todos los últimos miércoles del mes en el Hospital de Clínicas de la UBA (Av. Córdoba 2351, CABA). Se trata de encuentros teóricos y prácticos para aprender sobre estas enfermedades, sus causas, tratamiento y cómo fortalecer las habilidades propias para mejorar la calidad de vida.

Fuente: Prensa del Hospital de Clínicas.

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