La Facultad de Ingeniería presenta un posgrado en inteligencia artificial

Los datos han cumplido un papel central en la evolución de la inteligencia artificial: un mercado que podría alcanzar los 98.000 millones de dólares en 2023 y superar los 169.000 millones en 2025. Se trata de un crecimiento que fue impulsado por la pandemia y que tuvo, como una de sus consecuencias, una gran demanda de profesionales en un mercado laboral que evidencia cierta escasez de respuestas. 

El 23 de junio de este año, el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires aprobó, en el ámbito de la Facultad de Ingeniería, la creación de la Carrera de Especialización en Inteligencia Artificial que se dicta en la modalidad a distancia.

La Facultad de Ingeniería tiene una extensa historia en investigación y desarrollo en inteligencia artificial y sus aplicaciones en distintas áreas de la ingeniería. En este caso, el posgrado surge como necesidad al vertiginoso avance que, en los últimos años, tuvo esta rama de la actividad, así como la creciente utilización de inteligencia artificial (IA) en sistemas embebidos y en soluciones de Internet de las Cosas, factores que despiertan el interés de profesionales interesados en capacitarse en esta temática.

A nivel nacional, no existía una oferta similar a esta propuesta. Pero ¿De qué hablamos cuándo hablamos de Inteligencia Artificial? ¿Qué alcances tiene? Ariel Lutenberg, profesor de la Facultad de Ingeniería y Director de la flamante carrera, precisa que “la definición que me parece más clara es la de Andreas Kaplan y Michael Haenlein, que definen la inteligencia artificial como la capacidad de un sistema para interpretar correctamente datos externos, aprender de dichos datos y emplear esos conocimientos para lograr tareas y metas concretas a través de la adaptación flexible”.

“Para que esto sea posible es necesario una computadora en la que se ejecuta un programa que mediante alguna métrica evalúa distintas opciones y determina cuál es la que obtiene la valoración más alta”, dice Lutenberg.

¿Qué aplicaciones tiene? Lutenberg explica que “en el sector público se usa en asistentes personales digitales, que atienden a los ciudadanos mediante bots que responden a preguntas típicas. En el sector privado se utiliza mucho en compras por internet y publicidad. A nivel de la sociedad, se ve en traducciones automáticas. En el caso de otros países empiezan a ser más usuales los vehículos conducidos mediante inteligencia artificial. Estos son solo algunos ejemplos, hay muchos más”.

La inteligencia artificial en Argentina

Ariel Lutenberg nos cuenta que, en nuestro país, “la industria del software es muy prolífica y gran parte de los desarrollos de inteligencia artificial están ligados a ese sector. En este contexto se observa que en el nivel público son cada vez más los organismos que incorporan esta tecnología para distintos fines, aunque el más habitual considero que es el de asistentes personales digitales”. 

“En el nivel privado, muchas empresas desarrollan soluciones basadas en inteligencia artificial. Esto se ve con claridad en la Carrera de Especialización en Inteligencia Artificial de la FIUBA, en la que la mayor parte de los trabajos finales son para resolver problemas de productos reales y que, en su mayoría, están relacionados con visión por computadora, con aplicaciones en agro y en la industria. También hay trabajos finales relacionados con análisis de datos y otros temas”, explica Lutenberg.

Fortalecerse en la crisis

La pandemia del Covid-19 sorprendió al mundo e impuso grandes desafíos a la humanidad ¿Qué respuestas dió la inteligencia artificial? ¿Cuáles estaría en condiciones de otorgar? Lutenberg sostiene que “definitivamente todo lo relacionado con asistentes personales digitales se potenció en el contexto de la pandemia. A futuro las perspectivas son de mucho crecimiento en cuanto al uso de la inteligencia artificial a medida que la posibilidad de incrementar los algoritmos aumenta, debido a la reducción de los costos del procesamiento en la nube y al aumento del ancho de banda disponible para enviar información, así como de procesadores de borde más potentes, que permiten procesar la información por ejemplo en un smartphone, sin necesidad de enviarla a un servidor”.

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