El Clínicas, hospital escuela insignia de nuestro país, inició su recorrido como institución destinada al desarrollo, incorporación y difusión de conocimientos médicos en 1881. La ciudad, y la Universidad de Buenos Aires, con apenas 60 años en esa época, necesitaban un hospital escuela para formar personal de la salud en todos sus tipos y niveles.
Previamente, la Facultad Medicina de la UBA, utilizaba como escuela práctica al llamado Hospital General de Hombres, uno de los más antiguos que tenía la ciudad en aquellos tiempos, en todo sentido, incluso edilicio. Pero el Hospital General de Hombres, ubicado en San Telmo, se ganó la fama de lúgubre y de precariedad, al grado de que los médicos alquilaban habitaciones en casas vecinas para usar como quirófanos.
Por esa razón, hacia 1870 el gobierno de la ciudad encargó la construcción de un Hospital Escuela en una zona con muchos baldíos para la época, en el que se pudiese formar a los residentes que egresaban de la Facultad de Medicina de la UBA. El lugar elegido fue la manzana que hoy ocupa la Plaza Houssay, justo frente a las actuales Facultad de Medicina y Hospital de Clínicas.
El proyecto del arquitecto Mauricio Schwarz era moderno y ambicioso, para la época. Un punto de inflexión entre la antigua concepción religiosa de reclusión de los enfermos y los nuevos criterios sanitarios y médicos de la época. Por eso pensó en diferentes pabellones, inspirándose en el hospital Friedrichshein de Berlín y el lanzareto de Karlsruhe, ambos en Alemania.
Los seis pabellones, edificios separados, se dividían por especialidades, patologías y tratamientos. Las salas principales era: cirugía general, clínica oftalmológica, clínica médica, venéreas, pediatría y enfermedades ginecológicas. Entre medio de los pabellones había zonas de recreación, con jardines nutridos de una amplia variedad de vegetación. Incluso contaba con una capilla neogótica, que es lo único que queda actualmente en la plaza, de ese viejo hospital, hoy llamada parroquia de San Lucas.
Esta concepción de dividir en pabellones buscaba pasar de la medicina exclusivamente curativa, a la preventiva, reduciendo superficies de internación, y ampliando al máximo la ventilación y la luz solar como recurso higiénico.
Los pabellones se orientaban de noreste a sudoeste, con distancias largas entre uno y otro. A la vez, se buscaba la eliminación de los contagios entre diferentes patologías, que solían atribuirse al aire corrompido de las llamadas miasmas, o aires malos, que para la época se creía responsable de muchas enfermedades, tiempos previos a conocer el papel de los microorganismos.
Hospital escuela
En un principio el hospital escuela recibió el nombre de Hospital de Buenos Aires, el actual de Hospital de Clínicas José de San Martín lo tomó recién en 1889. Fue parte de la UBA casi desde el inicio, ya que le fue cedido a la Facultad de Medicina un 4 de junio de 1884, apenas 3 años después de su inauguración, mediante un decreto del presidente Julio Argentino Roca.
A lo largo de sus 140 años de historia, no sólo ha tratado a cientos de miles de pacientes y formado a decenas de miles de profesionales de la salud, sino que ha participado en eventos clave de la historia de la ciudad, del país. También fue y es clave en la historia de la medicina argentina y latinoamericana, con ejemplos como la primera aplicación de insulina del país, que se realizó en sus pabellones, o el primer cateterismo cardíaco, así como las primeras punciones de riñón, o la descripción de la enfermedad de Ayerza, y de los síndromes de Tobías y Castex.
Sin olvidar que la primera operación filmada del mundo se realizó también en el Clínicas en 1899, a cargo de Alejandro Posadas. Hacía apenas cuatro años que los hermanos Lumiére habían presentado el invento del cinematógrafo en Francia. No sólo es la película más antigua del país, sino la primera filmación médica del mundo.
Nombres famosos de la historia de la medicina argentina pasaron por los pasillos del Hospital de Clínicas como residentes, médicos y docenes, como los premios Nobel Bernardo Houssay y Federico Leloir, también Ignacio Pirovano, Alejandro Posadas, Enrique Bazterrica y Juan Pablo Garrahan, que hoy dan nombre a otros hospitales de la ciudad.
El Clínicas arrancó con unas 250 camas al momento de inauguración, pasando a unas 650 para 1930, que fue cuando se decidió encarar el proyecto de un edificio nuevo más funcional, más grande, y más moderno. Numerosas demoras llevaron a que recién para 1949 se inicie la construcción del actual edificio frente a la plaza Houssay, que comenzaría a funcionar incluso más tarde, en 1962, ofreciendo los primeros servicios.
De a poco, en años siguientes, se fueron trasladando servicios desde el viejo hospital. Para 1970 el nuevo edificio pasó a ser totalmente funcional, y en 1975 se demolió la antigua sede, transformando su manzana en una plaza, en la cual solo ha sobrevivido la capilla de ese antiguo edificio, es la actual Plaza Houssay.
Hoy en día, como hospital universitario, el Clínicas cumple con las tres funciones de estos centros: Docencia, Asistencia e Investigación. En sus 40 aulas cursan por año 1.500 alumnos de las ciencias de la salud que cursan en 30 cátedras de Ciencias Médicas y 5 de Farmacia y Bioquímica.
El Clínicas integra la red de hospitales de la UBA y constituye el basamento organizacional para el accionar de las distintas Facultades de (Medicina, Psicología, Odontología, Farmacia y Bioquímica) en el campo de la práctica de la salud como para el desarrollo de sus actividades académicas y de extensión universitaria.