Buscan el punto débil de los tumores más agresivos

Laura Kornblihtt y Guillermo Blanco

Una de las metas principales de la investigación médica de este siglo es comprender cómo luchar contra el cáncer, una de las principales causas de muerte en todo el planeta. Por eso es clave estudiar el funcionamiento de las células tumorales, ya que poder comprender en detalle su metabolismo, permitiría también saber cómo detenerlas con terapias y tratamientos más efectivos. 

En la Universidad de Buenos Aires se está llevando adelante una línea de investigación que apunta en este sentido y se propone describir los procesos metabólicos por los cuales, ciertos tumores cancerígenos, se vuelven más resistentes. Se trata de los equipos de investigadoras e investigadores dirigidos por Guillermo Blanco, del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (UBA/Conicet), de la Facultad de Farmacia y Bioquímica; y Laura Kornblihtt, doctora en Medicina e Investigadora de la división Hematología del Hospital de Clínicas.

Comprender para curar y prevenir

Un tumor cancerígeno es el producto del crecimiento descontrolado de ciertas células. Por eso es vital comprender cómo y de dónde obtienen la energía para ese crecimiento a veces tan acelerado. Los nutrientes y el oxígeno son esa energía; estas células son muy eficientes a la hora de adaptarse y conseguir nuevas formas y lugares de los cuales obtener esa energía vital.

“Esto explica que, si bien al comienzo muchos pacientes responden a las terapias, a medida que pasa el tiempo, las células tumorales adaptan su respuesta metabólica y se vuelven más resistentes frente a la acción inmunológica y las drogas. El tumor logra autoabastecerse a través de varios mecanismos”, contó Laura Kornblihtt. 

“Por ejemplo, a través de procesos como la mitofagia o autofagia las células reciclan elementos que no le sirven o que están dañados en otras moléculas para sobrevivir ante situaciones adversas”, continuó la experta. “Examinar sus particularidades podría contribuiren, un futuro no muy lejano, al diseño de terapias más específicas y, en efecto, más eficaces para combatir distintos tipos de cáncer”.

“Los tumores recurren a mecanismos diferentes que los empleados por las células normales para obtener su energía”, explicó Kornblihtt. “Como se enfrentan a diversos obstáculos, la reprogramación metabólica es una forma de ir cambiando su metabolismo en la medida en que las necesidades se modifican externamente”.

“Lo que nuestro equipo hace, puntualmente, es comparar cómo responden las células malignas a diferentes drogas en dos ambientes muy diferentes: uno con oxígeno (normoxia) y otro sin oxígeno (hipoxia). Observamos que cuando nosotros le sacamos el oxígeno a la célula, las drogas pierden su citotoxicidad y además, extraen la energía del azúcar”, explicó Guillermo Blanco. 

A la par de los trabajos de investigación práctica en laboratorio, se utiliza la inteligencia artificial y la bioinformática para localizar los genes involucrados. Esta es una investigación que apenas está comenzando, pero promete generar un conocimiento vital en la lucha contra el cáncer. 

“Profundizar sobre estos temas de la biología celular va sumando expectativas para ganarle a estos tumores ‘inmortales’ y abre nuevos horizontes para los pacientes recaídos. Los tumores se hacen adictos a estas programaciones metabólicas que realizan cuando buscan adaptarse y en la medida que son descubiertas constituyen su Talón de Aquiles para vencerlas. Solo hay que encontrarlo”, concluyó Kornblihtt.

*Fuente: Página/12

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