Cada 31 de marzo se conmemora el Día Mundial de Concientización sobre Cáncer Colorrectal, cuyo objetivo es que la sociedad se informe acerca de la enfermedad, sus síntomas, formas de prevención y detección.
Según las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Cáncer (2020) hay una incidencia de unos 15.800 casos nuevos de cáncer colorrectal por año, siendo el segundo en frecuencia después del cáncer de mama y registrándose más casos en los hombres (8.400) que en las mujeres (7.200).
Pablo Sánchez, jefe del Departamento de Cirugía Abdominal y Proctología del Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo”, indica que “la mortalidad en hombres es de 13,2 cada 100.000 habitantes y en mujeres 8,4 cada 100.000” y agrega que “ante la mayor y mejor calidad en los estudios, las guías recomiendan que los screening en pacientes sin antecedentes familiares y asintomáticos son test de sangre oculta en materia de fecal y, si el resultado es positivo, se hace la videocolonoscopia. En pacientes con antecedentes familiares se indican videocolonoscopias a partir de los 40 años.”
¿Quiénes deben hacerse estos estudios? Sánchez explica que “La colonoscopia está indicada, por una cuestión de costos, para aquellas personas que no tienen antecedentes familiares de primer grado con cáncer de colon y en los cuales se haya detectado sangre oculta en materia fecal por medio de un test de laboratorio”.
“La realidad es que, en nuestro país, el test de sangre oculta se saltea y el paciente, si tiene recursos económicos o cobertura prepaga, pasa directamente a la videocolonoscopia, pero ello no ocurre en los hospitales públicos”, aclara Sánchez.
Las videocolonoscopias, como forma de prevención, están recomendadas cada cinco años, pero, en caso de “aparición de un pólipo con una displasia, que es un estadio previo al cáncer, el estudio debe repetirse cada dos años”.
En cuanto a los antecedentes familiares de primer grado, los mismos alcanzan a padres, madres y hermanos/as. Sánchez explica que esas personas “tienen de 1.8 a 8 veces más posibilidades de tener cáncer de colon que la población general”.
Prestar atención a los síntomas sin caer en el pánico
La sintomatología del cáncer de colon presenta características que pueden tener personas no enfermas de cáncer, pero que, aún así, deben ser consultadas con un especialista. Sánchez dice que un síntoma puede ser “el sangrado en materia fecal aunque, en el 90% de los casos, se trata de hemorroides. Otros síntomas podrían ser pérdida de peso, cambios en el hábito de evacuar, aparición de moco en materia fecal o deterioro del estado general”.
Respecto de los hábitos de vida, Sánchez aclara que “en las personas que tienen más de 30% de Índice de Masa Corporal aumenta mucho la incidencia de cáncer de colon. Otros factores de riesgo son el alcoholismo y el sedentarismo. Además, se recomienda tener una dieta rica en frutas y verduras, calcio, y procurando evitar excesos en carnes rojas, frituras y comidas muy elaboradas”.
El Roffo: atención pública de vanguardia
En el último semestre del año 2022, en el Departamento de Gastroenterología y Proctología del Roffo se atendieron 4.000 pacientes de los cuales, estima Sánchez, “la mitad padece cáncer de colon”.
Sánchez cuenta que “el 60 ó 70% de los pacientes se operan en el Roffo por laparoscopía, hoy considerada como el gold standard en cirugías de cáncer de colon. También contamos con un equipo, relativamente novedoso, que, mediante la inyección de verde indocianina, sirve para la detección de ganglios”.
“Además, el Roffo tiene el servicio de patología incorporado al quirófano lo cual resulta fundamental para, en el momento de la cirugía, evacuar cualquier duda que se pueda tener al ver las imágenes. Este factor, sumado a contar con equipo multidisciplinario de oncólogos, cirujano, patólogo, radioterapeuta y un especialista en imágenes conforman un servicio casi único en la atención pública de la Ciudad de Buenos Aires”, concluye Sánchez.