Día de la Ciencia y la Técnica

Bernardo Houssay

La preocupación por comprender el mundo que nos rodea mediante el método científico estuvo de la mano de la educación desde el inicio mismo de la Universidad de Buenos Aires, en 1821. Fruto de ello es el prestigio mundial que tiene, y los 3 premios Nobel en ciencias. Bernardo Houssay, uno de ellos, fue estudiante del Colegio Nacional Buenos Aires, de la Facultad de Medicina, profesor e investigador de la UBA.

Fue el primer latinoamericano en recibir un Premio Nobel en el área de las ciencias. Nació un 10 de abril de 1887 y en su honor, se celebra hoy, el Día Mundial de la Ciencia y la Técnica, establecido en 1982 por la Conferencia General de la Unesco. Hasta el día de su muerte, defendió la ciencia y la tecnología, como instrumento para el desarrollo del país.

Como dijo Houssay: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia. Los becarios pudimos estudiar gracias a los recursos aportados por todos nuestros compatriotas y tenemos el deber de retribuirles trabajando aquí y tratando de sacar adelante el país”.

Ciencia en la UBA

Mantener un nivel de excelencia internacional, va de la mano con hacer investigación científica y tecnológica de calidad. Un elemento esencial, que va de la mano de la educación, es fomentar la producción y transferencia de conocimientos.

Algo que en la UBA se incentiva desde temprano, entre las y los estudiantes de grado en las facultades, a fin de formar profesionales y científicos capaces de resolver problemas presentes y futuros, de contribuir al desarrollo de la ciencia y también del país en general.

Las becas de investigación que otorga la UBA permiten la formación de los estudiantes de grado, y su participación en proyectos de investigación desde etapa temprana. Desde las maestrías y doctorados, también el cuerpo docente de la universidad puede continuar con el desarrollo académico y científico tecnológico de excelencia.

En la UBA trabajan 1.800 grupos de investigación, 1.500 de esos grupos son financiados completamente por esta universidad. Están integrados por más de 5.300 investigadoras e investigadores formados, y 11.400 en etapa de formación.

Estos investigadores se distribuyen por 72 Institutos, de los cuales 28 son totalmente UBA, mientras que los otros 44 son de doble dependencia en conjunto con el CONICET. A los que se le agregan 142 laboratorios, centros y departamentos. Entre todos abarcan tantas temáticas como las hay en educación dentro de cada facultad de la universidad.

Todos estos ámbitos de investigación científica y tecnológica suelen vincularse en un trabajo interdisciplinario que a través de los diversos programas que tiene la UBA, como el de transporte, cambio climático, energías sustentables, desarrollo, etc.

Bernardo Houssay

Si bien el Día de la Ciencia y la Técnica busca difundir la importancia de hacer investigación científica y tecnológica para mejorar nuestra sociedad, no deja de ser la fecha en la que se recuerda a uno de los investigadores argentinos más reconocidos: Bernardo Houssay. Y lo es porque justamente su carrera fue ejemplar.

A los 13 años, se recibió de Bachiller en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Decidió seguir sus estudios universitarios en la Facultad de Medicina, pero como no pudo anotarse debido a su corta edad, lo hizo en la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la UBA, obteniendo su título de Farmacéutico con solo 17 años: 

“Desde pequeño fui educando la tenacidad y venciendo una cierta timidez inicial y, en general, los obstáculos, aunque graves, no me desaniman, al contrario, me estimulan especialmente si son muy serios”.

En 1901 fue nombrado ayudante de fisiología en el Hospital Francés, y unos años más tarde, en el Hospital de Clínicas, como interno. Cuando tenía 21 años, fue designado profesor de Fisiología de la UBA, y aceptó ese cargo con la condición de tener dedicación exclusiva a esa tarea.

En 1904, ingresó a la carrera de Medicina en la UBA, y a los 23 años, ya se graduó con diploma de honor. Su tesis, “Estudios sobre la acción fisiológica de los extractos hipofisarios”, recibió el premio a la mejor tesis doctoral. Aquella tesis fue el primer antecedente hacia el Premio Nobel “por su descubrimiento del significado del metabolismo de los hidratos de carbono en relación con el lóbulo anterior de la hipófisis”, lo que permitió avanzar en la lucha contra la diabetes.

Fue profesor titular en la cátedra de Fisiología de la Escuela de Veterinaria y siendo profesor de la misma materia organizó el Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA. Lo convirtió en un centro científico de calidad internacional. Brindó todo su esfuerzo al instituto y renunció a todos sus otros cargos para convertirse en el primer profesor con dedicación exclusiva.

Fue maestro de toda una generación de científicos e investigadores argentinos, latinoamericanos, europeos y estadounidenses. Fue creador del CONICET y de varios institutos de investigación y organismos para obtener subsidios y becas en el país y en el exterior.

El CONICET ha sido siempre un poderoso y eficaz instrumento para el progreso de la ciencia y la tecnología en la Argentina, y Houssay lo presidió desde su fundación hasta que falleció en 1971.

Uno de sus discípulos, el Prof. Dr. Alejandro F. De Nicola, contó que al maestro “le interesaba que existieran instituciones de ciencia y técnica perdurables. El CONICET fue su gran creación y hasta aspiraba a que tuviera dependencia directa de la Presidencia de la Nación, porque estaba convencido de que la ciencia era tan importante para el progreso del país que era vital que el presidente del CONICET pudiera participar de reuniones de gabinete”.

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